viernes, 12 de octubre de 2012

Carnivàle

En otra época, el circo de sus padres había sido el más aclamado de todo el reino. O eso le habían contado.

Carnivàle creció entre gigantes y domadores, bailarinas, payasos y titiriteros, pero de todo el esplendor y la magia de antaño ya sólo quedaban una descolorida carpa y unas cuantas fotografías desgastadas, de más de treina roulottes, tan sólo cinco y de todos los animales exóticos apenas un recuerdo: Lewis, el elefante rosa de peluche que Libby, la última domadora, su gran amiga, le había regalado a <<la pequeña suerte circense>> poco tiempo antes de morir. 

De aquello hacía ya más de ocho años, pero aunque Carnivàle ya no se consideraba la suerte de nadie, jamás se separaba de su pequeño elefante.

- ¿No eres ya muy mayor para un osito de peluche? - le decía siempre su madre - ¡Yo a tu edad ya tenía mi propio número!

Y Carnivàle, deseando crear algo para la función de sus padres, pero paralizada por la pérdida de la magia, no podía más que abrazarse a Lewis y protestar en voz baja antes de comenzar a llorar:

- ¡Ni siquiera  es un osito de peluche mamá! No entiendes nada...

Pero su madre si que la entendía. Carnivàle estaba atrapada por el abandono del lugar, por ese polvo invisible que lo rodeaba todo y envejecía el ambiente, ese polvo maldito que había convertido en ceniza pálida a su querida niña, apagando la luz de sus ojos y robándole el color de su juventud.

- ¿Qué podemos hacer por ella? - se preguntaban sus padres a menudo. - Si Libby estuvise aquí, si al menos pudiese tener un amigo de verdad que despertase su don... Tenemos que alejarla de la nostalgia, despertar de nuevo la magia en ella... entonces, el polvo desaparecerá, ella tendrá su espectáculo y volverá la suerte.¿Cómo podemos lograrlo? ¿Qué más podemos intentar? ¿Qué haría Libby?

Libby, la anciana domadora, había sido algo más que la última amiga de Carnivàle. Descubrió el don de la pequeña mucho antes de que este naciese, y durante los cinco años que compartieron fue su educadora y su guía. Pero Lewis era lo único que quedaba de su recuerdo...

...Lewis, ese pequeño elefante rosa... 

Cuando su madre se lo quitó de entre las manos, Carnivàle ni siquiera se agitó en su sueño. Pero al despertar y no encontrarlo, la angustia la envolvió y se dedicó a buscarlo por todo los rincones de su rutina. Sin embargo, pronto comprendió que nada estaba en su sitio habitual, y la angustia se transformó en curiosidad. 

Descubrió su sorpresa en un pequeño rincón del campamento que, entre todos, habían preparado para la ocasión durante la noche. Allí, junto a un anciano roble, rodeado de farolillos de colores que adornaban cada una de sus ramas, habían instalado un pequeño palco adornado con sus colores favoritos y las danzantes figuras de algún olvidado tiovivo; que ahora la esperaban para cobrar vida de nuevo.

Reluciente y bonito como un pastel de cumpleaños, se accedía a su interior a través de una escalinata de baldosas amarillas que Carnivàle recorrió poco a poco, para descubrir, justo en su centro, el vestido más bonito que había visto en su vida. Rosa, como su pequeño elefante, pero repleto de la energía que aquel había perdido. <<Porque a veces -como Libby siempre decía-, la magia necesita cambiar de forma para que logremos encontrarla>>.
 
Y así fue como, rodeada de los rostros sonrientes de sus familiares y amigos, Carnivàle se vistió por primera vez su destino y comenzó a cantar con aquella suave y melodiosa voz que creía haber perdido, a bailar como de puntillas aquellos pasos que había olvidado y a ser de nuevo la suerte que su gente necesitaba...

...y se dice que su voz se escuchó por todo el reino, 
y que el circo de sus padres, volvió a ser lo que había sido.  




7 comentarios:

  1. Carnivale es tan bonita por dentro como por fuera!!! Todo amor <3 <3

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  2. Muchísimas gracias Bere y Sandra!!!Me alegra y me anima mucho que os haya gustado!

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  3. ¡¡Wow!! ¡Es que sé que tienes un don para escribir! Logras que la gente se meta en la historia, que sienta como Carnivale...Que vaya siguiendo esas baldosas...¡¡Ains!! ¡¡Gracias!!

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  4. Gracias a ti Alberto, por cada mimo y palabra de ánimo! Me miras con ojos demasiado buenos, pero gracias, gracias, gracias!!!

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  5. Es una preciosidad de historia, carnivale tenia mucho pasado y yo sin saberlo. :)

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    1. La mayoría de ese pasado lo creaste tu, al crearla a ella, así que de nuevo gracias <3

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